Real Academia Nacional de Medicina
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1906 - Recasens y Girol, Sebastián





Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Toma de Posesión: 04/03/1906

Sillón nº 2

Discurso de Ingreso: "Tuberculosis genital en la mujer".

Contestación: Excmo. Sr. D. José Ribera Sans.

Fallecimiento: 14/08/1933


Biografía:

Don Sebastián Recaséns y Girol nació en una barriada de Barcelona el día 15 de abril de 1863. Aprendió sus primeras letras en una escuela pública y el Bachillerato en un Instituto barcelonés.

Los estudios de Medicina los inició pronto y obtuvo el título de Licenciado a los 19 años, con la calificación de sobresaliente. Ya de estudiante obtuvo, en reñida oposición, una plaza de Ayudante anatómico, en cuya práctica consiguió una gran pericia. Al siguiente año de licenciarse se Doctoró en Madrid y ya en 1885 ganó una plaza de Médico en la Beneficencia Municipal de Granada. La desempeñó poco tiempo y se volvió a Barcelona para seguir perfeccionándose. Muy pronto, también por oposición, una plaza de la Beneficencia Municipal barcelonesa y unos meses después entró a trabajar en el Hospital del Sagrado Corazón de Jesús al lado del expertísimo Cirujano D. Salvador Cardenal. Simultáneamente trabajó en el Hospital de Niños, aficionándose seriamente en el cultivo de la Pediatría, especialidad que ejerció algún tiempo privadamente. Pronto pudo estar al lado del eminente ginecólogo catalán Dr. Miguel Fargas y de ese modo adquirió una gran capacitación en Cirugía general y en enfermedades de la mujer.

Años después participó en Madrid en las oposiciones a la Cátedra de Anatomía Topográfica y Operaciones, que fueron muy reñidas. Allí demostró su excelente preparación y pericia, aprobando todos los ejercicios. Consideremos que en aquella coyuntura era desconocido en Madrid. En 1902 volvió a la Corte para tomar parte en las oposiciones para proveer la Cátedra de Obstetricia de Madrid, vacante por fallecimiento del Marqués del Busto, y en ellas triunfó Recaséns rotundamente. Al frente de la Cátedra, rápidamente creció su prestigio en Madrid, basado en su sólida preparación quirúrgica y de la especialidad y en sus especiales dotes de carácter y de magisterio.

Pocos años después publicó su «Tratado de Obstetricia», que fue durante muchos años la base de información de Alumnos y de Médicos en España entera. Poseía dotes envidiables de laboriosidad y tenacidad, con una preparación y dominio completos de la especialidad (en lo clínico y en el campo de la técnica), por lo que rápidamente adquirió una fama profesional incomparable en todo el ámbito nacional. A su lado se formaron magníficos especialistas, muy reputados después. También tuvo el mérito de introducir en España las primeras técnicas y empleo de la radioterapia y actuó con entusiasmo y eficacia en la lucha contra el cáncer.

En 1916 fue elegido Decano de la Facultad de Medicina, en cuyo cargo desplegó grandes actividades. Formó parte de la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria. También fue Director durante varios años de la Maternidad de Santa Cristina.

Con grandes relaciones en el extranjero, participó en todos los Congresos de la especialidad y algunos de ellos los presidió. Era Miembro de la Academia de París y de las de Roma, Budapest, Méjico y Perú. Doctor «honoris causa» de las Universidades de Toulouse, Montevideo y Buenos Aires y de las Sociedades de Ginecología de París y Berlín.

Al jubilarse en la Cátedra le fue rendido un grandioso homenaje en el anfiteatro grande de la Facultad de Medicina (San Carlos). Poseía múltiples condecoraciones españolas y de muchos países. Su producción literaria fue verdaderamente excepcional, en calidad y cantidad. Además de sus libros fundamentales de Obstetricia y de Ginecología, dedicó publicaciones fundamentales y novedosas también, a la Radiología y Radioterapia, al cáncer, tuberculosis genital de la mujer, etcétera.

Fue Presidente de la Real Academia de Medicina en 1928 y reelegido por unanimidad. Muchos años antes había sido Presidente de la Academia Médico-Farmacéutica de Barcelona, donde dejó grato recuerdo.

En la de Madrid fue elegido en 1905 cuando no habían transcurrido tres años de haber llegado como Catedrático, buena señal del gran prestigio que ya había logrado en la Universidad y entre las gentes. Tomó posesión del Sillón académico núm. 2 en sesión concurridísima y muy solemne, que se celebró el día 4 de marzo de 1906, presidiendo el Dr. Calleja. El discurso reglamentario que pronunció el ilustre recipiendario versó sobre «Tuberculosis genital de la mujer». Le contestó el numerario Dr. Ribera y Sans.

Como Académico y como Presidente después, desarrolló una colaboración destacada y fructífera, interviniendo frecuentemente para dar siempre lecciones interesantes.

En su actuación como Presidente demostró en todo momento un tacto y equilibrio perfectos y una gran actividad y celo en defensa de los intereses de la Academia y de los Miembros de ella.

A lo largo de su vida había disfrutado de una salud perfecta, pero ésta, a raíz de producirse su jubilación, fue quebrantándose rápidamente a consecuencia de un proceso maligno de localización digestiva, que en pocos meses le condujo al fatal desenlace, como ya se temía por los compañeros, excelentes especialistas, que le asistían.

Aconteció el infausto suceso el día 14 de agosto de 1933 y el eminente científico y Profesor murió con gran entereza y resignación cristiana, rodeado de familiares y discípulos.

Fuente: “202 Biografías Académicas”, Valentín Matilla Gómez, Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, 1987.