Real Academia Nacional de Medicina

Académicos





Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Toma de Posesión: 03/07/1910

Sillón nº 12

Discurso de Ingreso: "La lucha contra la vejez".

Contestación: Excmo. Sr. D. Ángel Pulido Fernández.

Fallecimiento: 09/09/1936


Biografía:

Don Amalio Gimeno y Cabañas nació en Cartagena (su padre, de profesión militar, estaba allí destinado) el día 31 de mayo de 1852. Para comenzar su educación asistió a las Escuelas Pías y al Instituto de Cartagena, obteniendo brillantemente el grado de Bachiller en Artes a los catorce años.

Trasladado su padre a Valencia, allí hizo aquél sus estudios de Medicina, y también, con brillante expediente, obtuvo el título de Licenciado a los veinte años, en 1872. Dos años después consiguió el título de Doctor a los veintidós años con premio extraordinario. Al terminar la Licenciatura desempeñó durante breves meses la plaza de Médico titular de la villa de Puzol, de cuya etapa guardó siempre grato recuerdo.

De regreso a Valencia ocupó un puesto de Médico en la Sociedad Cooperativa de los Ferrocarriles del Mediodía y otra del Centro de Vacunación, donde inició la práctica en la Medicina preventiva. En 1875 ingresó, por oposición en el Cuerpo de Médicos Directores de Balnearios y Aguas Minerales y seguidamente estuvo encargado del Balneario de Sacedón (La Isabela). En años sucesivos, hasta su jubilación, pasó por diversos otros y en los finales de su vida activa fue durante mucho tiempo Director del Balneario de Cestona.

En agosto de 1875, recién cumplidos los veintitrés años, ganó por oposición la Cátedra de Patología General con su clínica y Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de Santiago. Al año siguiente, por concurso de traslado, pasó a desempeñar esa misma Cátedra en Valladolid. Un año más, y en 1876, pasó a la Cátedra de Terapéutica; Materia Médica y Arte de Recetar; de la Universidad de Valencia.

Esa meteórica carrera docente tendría su culminación en 1888. Por concurso de méritos fue promovido para la Cátedra de Higiene de la Universidad Central. Años después se trasladó a la Cátedra de Ampliación de Higiene del Período del Doctorado, y, por fin, en 1898, obtuvo el nombramiento de Catedrático de Patología General con su clínica, de la Universidad Central.

Como se comprenderá, había demostrado sobradamente su alta categoría de Profesor, verdaderamente enciclopédico, en Medicina, y si a eso se añade su calidad como clínico y sus dotes para la enseñanza (exponía correctamente y con verdadera elocuencia), se comprenderá el elevado prestigio que muy pronto adquirió por las diferentes Universidades en donde sirvió y definitivamente en la de Madrid.

Aparte de sus actividades docentes, durante su vida desempeñó muy variados e importantes cometidos. Perteneció durante muchos años al Consejo Nacional de Sanidad y como Inspector general actuó en la frontera portuguesa contra la peste de Oporto y contra el cólera en la de Francia. De la Comisión Permanente para la lucha contra la tuberculosis.

Apoyó denodadamente, en unión de Pulido, al Dr. Ferrán en su empeño por implantar su vacuna anticolérica y le acompañó en la campaña de vacunación del litoral valenciano.

Como Delegado oficial, estuvo en Berlín para estudiar las técnicas de Roberto Koch en el tratamiento de la tuberculosis. Presidió durante algún tiempo la Junta técnica del Instituto de Bacteriología e Higiene.

Actuó durante muchos años en el terreno de la política, primero como Diputado por el Distrito de Alcira; después fue Senador por la Universidad, y, por fin, con carácter vitalicio. Desempeñó varias carteras ministeriales en diferentes Gobiernos (las de Instrucción Pública y Bellas Artes, la de Marina, la de Estado y la de Gobernación y, por fin, la de Fomento). En todos estos Ministerios realizó una labor encomiable, promulgando reformas provechosas y refrendando toda clase de iniciativas favorables al bien público.

En la Sociedad de Naciones estuvo como Delegado de España y en una etapa de aquélla, fue designado Vicepresidente de ese alto organismo. En reconocimiento a sus relevantes méritos, el Rey D. Alfonso XIII le concedió el título de Conde de Gimeno. Poseía numerosas y altas condecoraciones nacionales y extranjeras. Hijo predilecto de Valencia, homenaje solemne de la Universidad valenciana, Medalla de Oro de la de Hamburgo, etcétera.

Pertenecía a cuatro Academias nacionales: las de Medicina, Bellas Artes, Ciencias. Exactas, Físicas y Naturales y la Española. En la Real de Medicina ingresó el 3 de junio de 1910 con la Medalla número 12. En esa sesión, que resultó solemnísima por la brillante y numerosa concurrencia, el ilustre recipiendario leyó un brillante discurso sobre «La lucha contra la vejez», que fue favorablemente comentado. Le contestó otro ilustre Académico. Sucedió al Dr. Santero. Quedó adscrito a la Sección de Psiquiatría, pero años después pasó a la de Terapéutica, más de acuerdo con sus aficiones y competencia. Durante su permanencia en la Academia desarrolló una labor muy destacada y aprovechó su gran influencia en el campo de la política para obtener en favor de ella muchas reformas y proyectos. Más adelante, ocupó la Vicepresidencia de la Real Corporación y en 1932 fue elegido Presidente para el siguiente bienio. Al terminar éste fue reelegido por unanimidad, a propuesta del Académico Dr. Marañón.

Fuera de la Academia, y aparte de su gran valía como maestro y como clínico, se distinguió por sus numerosas e instructivas producciones literarias. Dentro del ámbito de la Medicina escribió varias obras, de las que señalaremos algunas: «Lecciones de Patología general», «Tratado de Terapéutica y Arte de recetar», «Un Curso de Higiene Pública», etc., además de una lista interminable de trabajos, discursos, artículos, etc., en las principales revistas, como «El Siglo Médico», «El Genio Médico Quirúrgico», etcétera.

Ya en edad avanzada quedó ciego a consecuencia de unas cataratas y las circunstancias trágicas que acontecían en España, apresuraron su fin el 9 de septiembre de 1936, tras sufrir achaques y molestias muy acusadas. Descanse en paz.

Fuente: “202 Biografías Académicas”, Valentín Matilla Gómez, Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, 1987.