Real Academia Nacional de Medicina
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1915 - Bravo y Coronado, Juan





Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Toma de Posesión: 21/03/1915

Sillón nº 27

Discurso de Ingreso: "La osteo-síntesis en el tratamiento de las fracturas de los miembros".

Contestación: Excmo. Sr. D. Enrique de la Isla Bolómburu.

Fallecimiento: 07/08/1936


Biografía:

Don Juan Bravo y Coronado nació en Madrid el 26 de octubre del año 1861. Con gran aprovechamiento obtuvo el título de Bachiller en Artes en el Instituto de San Isidro, graduándose con la nota de sobresaliente. Cursó los estudios de Medicina en el Colegio de San Carlos con sobresaliente en el ejercicio de Licenciatura y premio extraordinario. Fue Alumno interno por oposición hasta 1882, año en que terminó la carrera. El título de Doctor lo obtuvo en 1893 y también con la máxima calificación.

En 1884 ganó por oposición una plaza de Médico tercero Auxiliar del Cuerpo Facultativo de la Beneficencia General, con destino al Hospital de Jesús Nazareno, de Madrid. Cesó en el anterior destino dos años después por haber sido nombrado Médico supernumerario de la Beneficencia Provincial, como consecuencia de oposiciones muy reñidas, en las que actuó brillantemente. En 1889 ascendió a Médico de número y pasó a desempeñar la Jefatura de una Sala de Cirugía, en la que consiguió pronto un gran prestigio.

En 1903 fue nombrado, a propuesta del claustro de la Facultad de Medicina, Profesor agregado de Clínica Quirúrgica de la misma. Es Académico de la Médico-Quirúrgica desde su primer cargo hospitalario y en ella fue después Secretario general y Vicepresidente y, al fin, Presidente en 1900, cargo en el que fue reelegido por su acertada labor y renombre en el campo de la Cirugía.

Secretario adjunto de la Sección de Cirugía del XIV Congreso Internacional de Medicina de 1903. Miembro de la Sociedad Internacional de Cirugía y de la Asociación Española y figuró como Ponente en el Congreso de Cirugía de 1910. Miembro del Comité Central para el estudio del Cáncer desde septiembre de 1902, por nombramiento de la Dirección General de Sanidad.

Sin duda, fue uno de los Cirujanos españoles más valiosos y famosos de su época. Muy diestro en Cirugía general y gran clínico quirúrgico, ejerció la profesión con enorme actividad y brillantes resultados, cuidando personalmente a los enfermos con el mayor celo y atención. Durante muchos años fue Cirujano de la Plaza de Toros de Madrid y poseía una especialización muy positiva en el tratamiento de los traumatismos y heridas por asta de toro.

Publicó numerosos trabajos, sobre los más variados temas quirúrgicos y dio conferencias y lecciones no sólo a sus alumnos de la Facultad en su sala del Hospital General, sino que también en la Academia Médico-Quirúrgica, en Congresos y sociedades científicas, etcétera.

A propuesta de los Académicos Dres. Isla, Ramón Jiménez y Guedea y Calvo fue elegido Miembro de la Real Academia de Medicina para cubrir la plaza que ocupara anteriormente el ilustre Dr. D. José Ribera y Sans. Tomó posesión de su Sillón académico el 18 de marzo de 1915, leyendo un magnífico discurso sobre el tema «La Osteosíntesis en el tratamiento de las fracturas de los miembros». Le contestó, en nombre de la Corporación, el Académico numerario Dr. Enrique de Isla Bolómburu. A continuación, el Presidente le impuso la Medalla núm. 27 y de inmediato el nuevo Académico ocupó su Sillón. Fue adscrito a la Sección de Cirugía, desde la que participó activamente en las tareas académicas. En 1935 fue elegido Presidente de la referida sección, distinción que rehusó a consecuencia de su deficiente estado de salud.

Con achaques cada día más graves y dolorosos, fue deteriorándose progresivamente su salud, y el día 7 de agosto de 1936 entregó su alma al Creador, dejando una estela de hombre de bien, fecundo y ejemplar.

Fuente: “202 Biografías Académicas”, Valentín Matilla Gómez, Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, 1987.