La Real Academia de Medicina, La Fundación Carmen y Severo Ochoa y la Universidad Nebrija organizan, por primera vez, la Semana Severo Ochoa
Publicado el 8 de noviembre de 2024
La Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), la Fundación Carmen y Severo Ochoa y la Universidad Nebrija, con la colaboración de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM, CSIC - UAM), la Fundación de la RANME y la Fundación Juan March, han organizado la I Semana Severo Ochoa, una iniciativa pionera en España dedicada a homenajear anualmente al Dr. Severo Ochoa, médico, científico, académico de honor de la RANME y Premio Nobel de Medicina en 1959, nacido en Luarca en 1905 y fallecido en Madrid en 1993.
“Al igual que ya venimos celebrando desde hace años la Semana Cajal o la Semana Marañón, se ha decidido organizar la Semana Severo Ochoa para recordar a este bioquímico excepcional que contribuyó de forma significativa, con su actividad investigadora al continuo progreso de la medicina”, aseguraba el Prof. Antonio Campos, vicepresidente de la RANME y coordinador de la Semana.
“Es un reconocimiento a esta gran figura médica que destacó por su decisiva influencia en el desarrollo y el impulso de la bioquímica española. Esperamos que este homenaje estimule a las nuevas generaciones a seguir sus pasos al servicio de la ciencia, la medicina y la sociedad”, apuntaba el Prof. Campos.
Del 4 al 8 de noviembre, la Semana Severo Ochoa ha contado con múltiples actividades, entre ellas, una lectura continuada de la obra seleccionada del Dr. Severo Ochoa con una recreación de su voz mediante inteligencia artificial leyendo sus propias memorias, en la que hubo una participación especial de alumnos de bachillerato y universitarios.
Asimismo, se inauguró la exposición ‘Severo Ochoa. Un científico apasionado’, una muestra didáctica e inspiradora que recoge toda su biografía y legado y que permanecerá abierta a todos los públicos hasta el 31 de enero de 2025 en la sede de la RANME (C/Arrieta, 12, Madrid) de lunes a viernes de 10 h a 14 h y los martes también por las tardes de 16 h a 20 h.
En concreto, el acto institucional se celebró el martes 5 de noviembre con una sesión académica que contó con las intervenciones del Prof. Eduardo Díaz-Rubio, presidente de la RANME, el Prof. Dr. José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija, la Dra. Regina Revilla, presidenta de la Fundación Carmen y Severo Ochoa —que cumple 30 años de vida en 2024—, y el Dr. Antonio V. Ferrer, presidente de la SEBBM.
“Desde la Fundación Carmen y Severo Ochoa queríamos impulsar esta Semana para homenajear la figura y legado de Severo Ochoa y, al mismo tiempo, fomentar el avance de la ciencia y la investigación en la sociedad contemporánea”, explicaba Revilla.
“Al lado de sus excepcionales aportaciones científicas que le valieron el Premio Nobel de Medicina, como universitario me gustaría resaltar el gran valor de Severo Ochoa como ejemplo y faro guía para nuestros estudiantes. Y en esto conecta de forma natural con nuestro Antonio de Nebrija, quien hace ya más de quinientos años fuera el autor de la primera gramática de la lengua castellana”, señalaba el Prof. Dr. Muñiz. “Ambos encarnan los valores más genuinamente universitarios, como la defensa de la razón y la verdad, el espíritu crítico, la independencia de criterio, el trabajo duro, la investigación y la bonhomía”, añadía.
“Aparte de haber sido uno de los grandes bioquímicos con contribuciones seminales para el desarrollo de la bioquímica y la biología molecular, para la SEBBM, Severo Ochoa tiene especial relevancia pues fue uno de los promotores en la creación y constitución de nuestra sociedad hace 60 años. Representa, además, un modelo de científico de excelencia para nuestros jóvenes investigadores”, comentaba el Prof. Ferrer.
En esta Semana también se dedicó un espacio, denominado Aula Abierta, que estará cada año dedicado a un Centro de Excelencia Severo Ochoa. Este año contó con la participación de miembros del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM, CSIC-UAM), fundado por el Dr. Ochoa y colaboradores en 1975: Paola Bovolenta, su actual directora, y José Antonio Esteban, Miguel Manzanares y Ana Ortega, que proporcionaron una visión de la investigación actual del centro. También se entregó el Premio Carmen y Severo Ochoa de Investigación en Biología Molecular a la Dra. María Llorens-Martín (recogido por su madre Victoria Martín Rubio debido a su reciente maternidad) y se impartió una conferencia conmemorativa a cargo de la Prof.ª María Blasco, con el patrocinio de la Fundación AstraZeneca.
La agenda completa de la Semana Severo Ochoa estaba en este enlace. Todas las actividades y simposios estuvieron abiertos al público general en la sede de la Real Academia de Medicina y se pudieron ver en directo en ranm.tv (dentro de la web www.ranm.es).
Los descubrimientos de Severo Ochoa y el valor de la investigación básica
Las contribuciones en bioquímica y biología molecular del Dr. Severo Ochoa fueron innumerables. “Por una parte, descubrió dos enzimas que permitieron conocer mejor el ciclo de Krebs, un proceso biológico fundamental en el metabolismo de los seres vivos. Por otra parte, Severo Ochoa realizó una serie de trabajos que condujeron finalmente a la síntesis del ácido ribonucleico (ARN), tras el descubrimiento de la enzima polinucleótido-fosforilasa. Por ello recibió el Premio Nobel de Medicina compartido en 1959”, explicaba el Prof. Campos.
Por último, el Dr. Severo Ochoa trabajó en el desciframiento del código genético, la biosíntesis intracelular de las proteínas y la biología de los virus. “En la Real Academia Nacional de Medicina la sesión solemne de su toma de posesión como académico de honor se celebró el día 3 de febrero de 1987 en un acto presidido por Sus Majestades los Reyes de España. El discurso de recepción pronunciado por Severo Ochoa versó sobre el código genético en el que sintetizó sus decisivas aportaciones al proceso de desciframiento de la información genética y de su mecanismo de transmisión al servicio del mantenimiento y la propagación de los seres vivos”, detallaba el vicepresidente de la RANME.
Por su parte, Vicente Rubio, profesor de Investigación Vinculado Ad Honorem en el Instituto de Biomedicina de Valencia del CSIC y miembro del CIBER de Enfermedades Raras (CIBERER-ISCIIII), recalcaba estos días un mensaje principal: la necesidad y el valor de la investigación básica. “Aunque Ochoa no buscaba curar ninguna enfermedad, sus resultados sobre cómo fabricar en el tubo de ensayo ácidos nucleicos (ADN y ARN) que le llevaron al Premio Nobel, o sobre el código genético, fueron la base de miles de avances y aplicaciones en la comprensión del funcionamiento de los seres vivos, del genoma, e incluso para la generación de medicamentos y vacunas como las de la COVID-19, que usan tecnologías de ácidos nucleicos en alguna fase del proceso productivo”, matizaba este experto.
En esta dirección, el Prof. Rubio hacía hincapié en que “sin ciencia, no hay futuro, ni liderazgo económico ni progreso social. La inversión en ciencia, y no solo del sector público, no es una opción, es una necesidad”. Asimismo, añadía: “Por supuesto, en nuestra sociedad globalizada, si no hay inversión no hay atractivo, y por tanto si no invertimos más en ciencia perderemos talento científico, tanto en bioquímica y biología molecular, como en otras disciplinas clave”.
“Mi generación ha sido testigo y a la vez actora del importantísimo avance de España en investigación biomédica y en otras áreas científicas. Sin embargo, solo estamos en primera división, no en primerísima línea, y es en esta última donde debemos querer estar, porque es ahí donde se produce la mayoría de los avances disruptivos. La sociedad nos ha de acompañar en nuestra marcha hacia la primera línea”, revelaba este experto, al mismo tiempo que explicaba cómo hacerlo. “A mí me parece que promocionando el entusiasmo y la creatividad y atacando lo que los mata, como la burocracia y el papeleo. También me parece importante tener una industria de lo bio fuerte y poco dependiente de subvenciones, que dé empleo a un nutrido ejército de investigadores/as biomédicos/as, siendo un polo de atracción de vocaciones científicas”, resumía este prestigioso miembro del CIBER de Enfermedades Raras.