La Prof.ª María Castellano, académica de número de Medicina Legal, es galardonada por su trayectoria profesional en la lucha contra la violencia de género
Publicado el 2 de diciembre de 2024
La Prof.ª María Castellano, académica de número de Medicina Legal de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), acaba de ser galardonada con el Premio Nacional de la Federación de Mujeres Progresistas por su trayectoria profesional en la lucha contra la violencia de género.
Esta federación es una ONG con 37 años de antigüedad que promueve el cambio de las estructuras sociales, económicas y culturales para lograr la igualdad de género entre mujeres y hombres. Decidieron otorgar este premio a la Prof. Castellano para homenajear su dilatada experiencia en la protección de las mujeres frente a la violencia machista, su incalculable contribución a identificar a las víctimas e investigar las denuncias. El galardón es un reconocimiento a su humanización de la medicina y sus necesarias aportaciones médicas a la mejora de las leyes con el fin de mejorar la seguridad de las mujeres y de sus hijos.
En la RANME hemos realizado una pequeña entrevista a la Prof.ª Castellano para que la población también conozca su destacada trayectoria:
¿Fueron complicados los inicios en su lucha contra la violencia de género? ¿por qué?
Yo no descubrí la violencia de género. Descubrí que en el ámbito de la violencia había muchas denuncias por agresiones en el medio familiar y que un grupo importante de las víctimas eran mujeres que habían sido agredidas por el marido, el novio o pareja. Cuando empecé a explorar a estas mujeres observé que la agresión física solía ser leve y periódica; sin embargo, era mucho más importante y permanente la violencia psíquica, es decir, el aislamiento de su entorno familiar y social, las imposiciones, las actitudes de dominio y de anularla como persona pisando su libertad y su autoestima, etc.
Otra observación fue que las agresiones más graves se producían cuando la mujer planteaba la separación o ruptura de la relación. Era entonces cuando se agravaban las amenazas y agresiones y más aún si la mujer ponía denuncia o si trascendía porque la agresión se hacía pública (se comentaba en la calle, entre los vecinos, etc.). La legislación fue cambiando y lo que antes era una “agresión física” a la esposa, pasó a ser “agresión física o psíquica”, así como “a quien esté o haya estado ligado por igual relación de afectividad”, es decir, la esposa, pareja o relación sentimental ya acabada. Fue en 2003 y 2004 cuando ya hablamos de “violencia de género” como una violencia hacia la mujer por ser mujer y ocasionada por un hombre.
La dificultad fue la de toda investigación: recoger directamente datos de víctimas, de agresores y sus circunstancias, así como diferenciar grupos con características comunes. Lo principal era identificar el riesgo de la mujer, sus necesidades de apoyo para superar su situación y la protección judicial frente al agresor y el riesgo que representaba.
¿Cómo se siente después de haber promovido leyes que ayudan a la protección de mujeres que han sufrido violencia de género?
Siento que hice lo que debía para responder a la sociedad por todo lo que había recibido. En mi época tener estudios, acceder a la Universidad, ser médico y especialista en Medicina Legal y Forense, me obligaba a actuar en esta especialidad tan social y tan pensada para resolver problemas médicos en el ámbito de la Administración de Justicia y de los derechos fundamentales de las personas. En definitiva, respondí a un compromiso con la sociedad y cumplí un deber moral.
A día de hoy, en su opinión, ¿qué dos cosas hacen falta todavía para desterrar del todo la violencia de género?
Educación en igualdad y en respeto a los demás y a la forma de ser de cada persona. Eso hay que hacerlo desde la enseñanza infantil. Reconocer nuestros sentimientos y necesidades y manifestarlas en el trato familiar y social. Reconocer esos sentimientos en los demás y establecer las relaciones con sentido de realidad, qué me gusta en esta persona y qué no, y elegir sin pensar que podré cambiar al otro y convertirlo en la persona que me gustaría que fuera. El sentido de realidad en las relaciones personales y emocionales. Y cuando estamos ya ante un caso en el que se ha producido violencia, hay que estudiar a la víctima y prestarle los apoyos y ayudas que necesita para salir de la situación, recuperarse como persona, trabajar y ser independiente. Pero también es esencial estudiar al agresor para saber qué piensa, cómo vive la ruptura, qué siente hacia la víctima e identificar en él sentimientos de odio de rencor e ideas de venganza que lo llevarán a agresiones más graves.
Más detalles de la trayectoria profesional de la Prof.ª María Castellano
La Prof.ª Castellano se convirtió en catedrática de Medicina Legal de la Universidad de Zaragoza en enero de 1980, convirtiéndose en la primera mujer que obtuvo en España una cátedra en Facultades de Medicina. Fue jefe de Servicio de Medicina Legal y Toxicología del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza desde 1980 hasta septiembre de 1996. Fue académica de número de la Real Academia de Medicina de Zaragoza desde 1986 hasta 1997 (actualmente es académica honoraria). Es catedrática de Medicina Legal de la Universidad de Granada y también académica de número de la Real Academia de Medicina de Granada. Recibió la Cruz de Primera Clase de San Raimundo de Peñafort, por su colaboración con la Administración de Justicia en 1983, así como la medalla al Mérito Policial, con Distintivo Blanco, por su colaboración en la formación de la Policía Judicial española en 1992.