Real Academia Nacional de Medicina
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Sesión del día 23 de Enero 2001

"Maltrato infantil"

por el Excmo. Sr. D. Ángel Nogales Espert,

Académico de Número.

 

"Reflexiones en torno al éter"

a cargo del Excmo. Sr. D. Francisco González de Posada,

Académico de Número.


"Maltrato infantil "

Ángel Nogales Espert

 

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Ángel Nogales Espert,

Catedrático de Pediatría
Universidad Complutense de Madrid

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Sillón nº 11 -Pediatría-

 

RESUMEN

Se estudian aspectos de interés en relación con el maltrato infantil. Desde el punto de vista epidemiológico se revisan los datos (no publicados) del Instituto del Menor y la Familia de la Comunidad de Madrid, que registró desde enero de 1.999 a junio de 2.000: 200 casos de negligencia, 187 de maltrato físico, 143 de abusos sexuales y 126 de maltrato emocional.

Igualmente se abordan en el trabajo factores de riesgo, aspectos pronósticos, terapéuticos y preventivos del maltrato infantil.

ABSTRACT

Aspects of interest with regard to childhood maltreatment are studied. Data (not published) of the "Instituto del Menor y la Familia de la Comunidad de Madrid" are reported from January 1.999 to June 2.000: 200 cases of child neglect, 187 cases of physical abuse, 143 cases of sexual abuse and 123 of psychological abuse.

Risk factors, prediction, therapy and prevention of child maltreatment are also studied.


"Reflexiones en torno al éter"

 

Francisco González de Posada

 

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Francisco González de Posada,

Catedrático de Física Aplicada
Universidad Politécnica de Madrid

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Sillón nº 22 -Arquitectura e Ingeniería Sanitarias-

 

RESUMEN

INTRODUCCIÓN: ACEPCIONES DE LA VOZ "ÉTER": EL ÉTER FÍSICO

Se analizan diferentes acepciones, en distintos campos, de la voz "éter": éter poético, éteres químicos, éter médico y éter físico.

En el ámbito de la Física, es -se dice hoy- un medio hipotético que, se suponía, penetraba toda la materia existente y era la sede de los fenómenos ópticos y electromagnéticos; fluido sutil, invisible, imponderable y elástico que, según ciertas hipótesis, llena todo el espacio, y por su movimiento vibratorio transmite la luz, el calor y otras formas de energía.

1. LA HISTORIA DEL ÉTER FÍSICO

El éter nace científicamente como hipotética materialidad ocupadora del espacio y desde este origen científico se presenta como necesidad o exigencia de nuestro intelecto. Estas dos ideas originales constituyen quizás la más densa y precisa definición del éter físico que puede, en consecuencia, caracterizarse por las siguientes notas: 1) naturaleza de hipótesis, 2) constitutivamente material, pero de materia no ordinaria, 3) relacionado, asociado, con el espacio, y 4) necesario para explicar algunos fenómenos (unos u otros que exigirán diferentes materialidades para el éter). Se construye, sintéticamente, su historia. Nació, vivió -muy activamente- y murió. ¿Resucitará?

1.1. Concepciones desde perspectivas no científicas

Perspectiva psicológica: "horror al vacío" que implicaba, como razón suficiente, el principio filosófico de la existencia por necesidad de un plenum, un éter que llenara todo el espacio. Y no cabían objeciones. Perspectiva filosófica. Para Descartes, desde las consideraciones de la extensión como propiedad esencial de la materia y de la materia como condición necesaria para la extensión, la mera existencia de cuerpos a distancia unos de otros era prueba suficiente de la existencia de un medio continuo entre ellos.

1.2. Las primeras concepciones científicas materiales: el éter de Newton y el éter de Huygens

1. Newton manifestó una íntima repugnancia hacia la concepción de las "acciones a distancia". Y éste ha sido, por él y desde él, el argumento más aducido en pro de la existencia del éter, la creencia en él de Newton. El éter de Newton puede considerarse nonnato ya que las leyes de Newton actuaban solas, sin necesidad del éter.

2. El éter de Huygens nace de su concepción acerca de la naturaleza ondulatoria de la luz, de modo que ésta era la deformación de un medio continuo que inunda todo el espacio

1.3. Las primeras caracterizaciones materiales del éter: Fresnel, Faraday y Maxwell

1. El éter de Fresnel en el contexto de la teoría óptica es una "realidad substancial" harto compleja que ha de transmitir vibraciones transversales (en el plano de polarización de la luz) a la dirección de propagación y debe poseer rigidez infinita y presentar resistencia nula al movimiento de los cuerpos celestes que se moverían así sin verse afectados por esta substancia. Por una parte se comportaría como si fuera sólido con las propiedades de homogeneidad en todo el espacio vacío de materia ponderable, densidad -inercia- constante y elasticidad homogénea e isótropa, pero también debería presentar propiedades de fluido plástico -fluido real universal-, pero tanto unas como otras propiedades especiales diferentes -extremas, límites- de las correspondientes a la materia ordinaria. La nota más propia se expresa mediante su descripción como substancia vibrante.

2. El éter de Faraday o éter dieléctrico se refiere al ámbito de la teoría eléctrica. Faraday sustituye las "acciones a distancia" en el vacío por la existencia real de "líneas de fuerza", real en sentido físico no sólo matemático, que transmiten a distancia las acciones a través de un medio dieléctrico.

3. El éter de Maxwell o éter electromagnético se concibe en el ámbito de la teoría electromagnética y como síntesis de la Óptica, la Electricidad y el Magnetismo. Así el éter es: a) medio inerte; b) transmisor de movimientos; c) receptáculo de energía que puede almacenar (en forma potencial, la electrostática, y, en forma cinética, los dieléctricos); y d) "arrastrado parcialmente" por la materia en movimiento que se determina mediante un coeficiente de arrastre (problema conceptual y experimental). De esta manera este éter luminoso que se estableció como auténtico y aceptado con generalidad poseía las siguientes propiedades fundamentales: primera, inerte; segunda, llena todo el Universo de modo que penetra libremente por la substancia de todos los cuerpos; tercera; naturaleza de medio elástico; y cuarta, presenta también, simultáneamente, naturaleza de fluido plástico.

1.4. La concepción científica formal: el éter de Lorentz

El éter de Lorentz, el que se deduce de su teoría del electrón, se caracteriza por ser: 1) inmóvil, siempre y en todas partes; 2) soporte del campo, ya que el espacio está vacío; sus propiedades son puramente electromagnéticas y quedan descritas por las ecuaciones de Maxwell, que se constituyen en axiomas; 3) rigurosamente imposible ponerlo de manifiesto mediante un experimento físico.

1.5. El estado de la cuestión en 1910 según Blas Cabrera

Primera. El éter existe.

Segunda. Existe por .

Tercera. Posee como primera propiedad ser .

Cuarta. Es .

Quinta. Es .

Sexta. .

1.6. El destierro del éter: Einstein

1. La relatividad restringida no considera ni rechaza la hipótesis del éter, simplemente no la necesita, dejando así patente su no necesariedad matemática. Y le quita también, ¡cómo no!, su inmovilidad; sólo faltaba que siendo todo "relativo", el éter, precisamente, fuera a ser inmóvil, absoluto. La consecuencia inmediata era la negación del éter.

2. La Relatividad general considera que el "espacio vacío" no es, desde el punto de vista físico, ni homogéneo ni isótropo, y haría imposible la existencia física real del propio espacio sin que en él hubiera "algo" objetivo (no digamos material). El éter estaría así desprovisto de propiedades mecánicas y cinemáticas, intrínsecamente, pero determinaría el comportamiento mecánico.

1.7. El no-éter postrelativista.

Desde la década de los 20 el éter "no existe" en Física, ésta no tiene necesidad científica de él.

2. CONSIDERACIONES FILOSÓFICO-CIENTÍFICAS

2.1. Consideración primera

En torno al problema del éter: el éter físico ¿existe?; ¿es?, ¿qué?, ¿cosa?, ¿fenómeno?, ¿substancia?, ¿vacío?, ¿ente matemático?, ¿entelequia?, ¿ficción?; ¿está?, ¿dónde?; ¿se manifiesta?, ¿cómo?; en resumen ¿es realidad?

2. 2. Consideraciones de naturaleza filosófico-histórica

1. El éter de Newton y el éter de Huygens -los éteres científicos primordiales- surgen en el contexto de las categorías de espacio, tiempo y materia como "existires", (entidades) reales, primordiales, elementales, fundamentales, últimos, radicales, irreductibles y, además y sobre todo, para el tema que nos ocupa, independientes entre sí. Constituyen los tres existires, con los que se concibe filosóficamente el Universo y serán los soportes incuestionables en los primeros siglos de la Física como ciencia, la Física clásica o Física de la Edad Moderna (siglos XVII, XVIII y XIX): espacio (único, absoluto), tiempo (único, absoluto) y materia (de varios tipos, pero una), que permitieron a Newton además introducir las magnitudes físicas, matematizadas, asociadas a ellos de forma prácticamente definitiva: longitud, duración e inercia (cantidad de materia o masa).

2. El paso lógico siguiente (lógico, aunque históricamente fueran simultáneos), filosófico y científico, fue el reconocimiento de otro tipo de 'existir' real, fenómeno o acaecimiento, que podría ser también de diferentes naturalezas, fenómenos que ocurrían en una determinada materia en un lugar determinado y con una duración determinada. En los momentos iniciales, la primera teoría física establecida por Newton -matemáticamente completa- se refiere al movimiento, la Dinámica, que utiliza como magnitudes físicas las que se denominarían mecánicas: inercia (masa), fuerza, desplazamiento, velocidad y aceleración.

3. De manera sincrónica surgirían otros dos campos de la Física; por una parte, la Gravitación, que se concebiría como causa de fuerzas, universal, y, por otra, la Luz, donde se bifurcarían las concepciones de Newton y de Huygens. Y quedó establecida la Mecánica -Dinámica y Gravitación- que impuso su imperio: el mecanicismo.

4. Aceptando como realidades incuestionables los conceptos de espacio absoluto, tiempo absoluto y materia ordinaria, mutuamente disjuntos, con ellos, desde ellos y en ellos había que explicar los fenómenos, cuyo número conocido crecía y cuya naturaleza variaba, a veces de manera radical. Y la explicación de estos fenómenos exigía nuevas entidades que sólo podían ser, en ese marco intelectual, diferentes tipos de materia, nunca otra entidad "nueva". La solución constructivamente más fácil consistía en llenar el espacio ... de éter, materia con propiedades especiales que permitiera la explicación de los nuevos fenómenos, sin salirse del campo de la Mecánica. Nuevas propiedades tendrían que adornar al éter -unas veces unas, otras veces otras- tantas y tan diversas que se acababa en contradicciones. Se recurría a él por necesidad contextual teórica, idea que denomino necesariedad.

5. Maxwell, en su Electromagnetismo, integra los fenómenos ópticos, eléctricos y magnéticos en un cuerpo de doctrina único que formaliza matemáticamente en un conjunto de ecuaciones. Como descubrimiento de más importancia se considera el que la luz fuera una onda electromagnética más y así pudo concebirse el éter luminoso, el éter por antonomasia, como medio continuo que llenaba el espacio siendo vehículo de propagación de las ondas electromagnéticas de cualquier frecuencia. Esta nueva teoría, y sobre todo nueva concepción implícita de "lo existente", de la Naturaleza, mediante el concepto de campo, por mediación de los campos eléctrico y magnético, supuso la ruptura "definitiva" con el mecanicismo, implícita tanto en la concepción de la Naturaleza como en las concepciones formales, aunque Maxwell no rompiera nunca con él e intentara siempre explicar su Electromagnetismo con referencia, por reducción, a las magnitudes mecánicas.

6. El descubrimiento de la constancia de la velocidad de la luz en el vacío, independientemente de la velocidad de la fuente y del receptor, ponía en juego no sólo al espacio y a la materia, también al tiempo: novedad radical en la historia. Por mediación de la velocidad se presentaban, en su caso, relaciones entre las magnitudes métricas espacio y tiempo si no intervenía el éter. La consideración del tiempo en el devenir del concepto de éter conduciría a la muerte de éste.

7. Einstein modificaría en la Relatividad especial las métricas de espacio y tiempo, entidades que constituirían con Minkowski un continuo espacio-temporal tetradimensional, de modo que espacio y tiempo no serían ya independientes.

8. Finalmente la Relatividad general haría mutuamente interdependientes a las tres entidades tradicionales espacio, tiempo y materia, cuyas concepciones quedarían profundamente modificadas.

9. Así, cambiando la visión filosófica de la Naturaleza, de sus categorías tradicionales consideradas fundamentales, se hizo innecesario el éter. El espacio físico, con propiedades reales físicas y no sólo formales, suprimía al éter material y hacía irrelevante, sin sentido, el éter formal.

2.3. Consideraciones de Filosofía de la Física El éter ¿existe?, ¿es?, ¿está?, ¿se manifiesta?, finalmente, ¿es realidad?, preguntas ahora en el ámbito de los fundamentos filosóficos de la Física.

1. La primera cuestión a precisar es la respuesta a la pregunta ¿qué es Física?

2. Una segunda cuestión en línea con la anterior es la respuesta a ¿qué es un ente físico, en el sentido de un ente de la Física?

3. Ahora estas preguntas - el éter ¿existe?, ¿es?, ¿está?, ¿se manifiesta?, en resumen, ¿es realidad?- se refieren al ámbito de la Naturaleza y sólo si las respuestas fueran, alguna o algunas, positivas -es decir, fuera 'ente real'- tendría sentido filosófico auténtico el construir en el ámbito de la Física el correspondiente 'ente físico' éter. La cuestión, como puede apreciarse, es más compleja de lo previsto. Otro problema es cómo se conceptualiza, cuáles son sus propiedades y, en su caso, su funcionamiento.

4. En este punto debe destacarse un tipo de salidas del atolladero del que ha dispuesto la Física de todos los tiempos: la noción del recurso a un ente conceptual, tuviera o no referente real. Uno de los más conocidos, como ejemplo, fue el 'recurso al infinito' que decía Ortega al enjuiciar la Física de la edad moderna, pero en este recurso concreto se refería al espacio en tanto que ente real aunque su conceptualización fuera imprecisa e incorrecta. Pero el uso de los recursos no se ha limitado a las propiedades caracterizadoras de entes reales cosas o de entes reales fenómenos para su comprensión y análisis sino que se han utilizado también para 'inventar' entes reales (obviamente de modo supuesto).

5. Cualitativamente un modo especial de estos recursos lo constituye el que denomino como necesariedad -necesidad de índole teórica-, necesidad formalmente científica, que se deduce o es exigida -como creencia- del cuerpo de doctrina física establecida que exige -así parece- necesariamente la existencia 'real' de entes reales con determinadas propiedades reales, auténticos 'inventos', aunque muchas veces se denominen sólo hipótesis como si de ideas más o menos formales se tratase.

6. Otra cuestión se refiere a las relaciones entre realidad, concepto y término. El caso del éter también se presenta como sugerente. Como hemos visto el "éter" no ha sido conceptualizado de una sola manera, sino que se han conceptualizado varios, diversos y distintos "éteres", no tratándose de aproximaciones sucesivas mediante mejores teorías sino descaradamente distintos, muy distintos. Finalmente sin ni siquiera tener realidad seguir existiendo.

7. Una consideración más. El problema del éter está radicado en el problema del espacio, por una parte, y en el problema de la materia, por otra. Nótese bien el uso de la voz problema porque eso han sido siempre el espacio, la materia y el éter.

3. CONSIDERACIONES FINALES

Primera. No está hoy claro que exista el espacio, entiéndase con el artículo determinado -el-, que le otorgaría sustantividad. Más bien estamos en la idea de la espaciosidad, en el sentido de una nota caracterizadora del Universo de modo que se dice que éste es espacioso, de ninguna manera que esté en el espacio. Desde la relatividad general y en el marco de la cosmología actual de la expansión del Universo, por lo que afecta a éste -"nuestro Universo" me gusta llamarlo-, no se encuentra en el espacio sino que es espacioso, de alguna manera en el sentido cartesiano de que la materia tiene como propiedad la extensión.

Segunda. Acerca del vacío, se refiriera esta noción al espacio o a la espaciosidad, puede decirse que tampoco está claro que exista el espacio vacío o la espaciosidad vacía. Más bien está tan oscuro que puede afirmarse que no está vacío: existen campos, existe energía, (existen neutrinos, existen partículas -o radiación- cósmicas) y ... también posibilidades o potencialidades del espacio (supuesto vacío), e incluso ... la métrica del espacio o de la espaciosidad es diferente en función de la cantidad de materia y de radiación que exista, ¿y si existieran las ondas gravitacionales? ¿y si ...? ¿y si ...?

Tercera. Y aquí sí presenta la Física respuesta clara: ningún éter histórico se considera hoy como real, ninguno tiene sentido en la actualidad.

Cuarta. Pero, obviamente, no se ha dicho la última palabra respecto a si existe o no el espacio y tampoco, en su caso, sobre el "espacio vacío", y por tanto tampoco sobre un hipotético éter.

Quinta. En todo caso sí podría denominarse éter al propio espacio físico o a la espaciosidad cósmica, al espacio real que hoy sin ninguna duda se nos presenta con propiedades reales y no sólo con las propiedades formales matemáticas de un ente abstracto, de razón. Según sea su métrica así actúa fenoménicamente y a su vez esta métrica es consecuencia fenoménica de la existencia de energía (grandes masas con grandes velocidades o grandes cantidades de movimiento). Por tanto, ni éter matérico ni éter campal ni éter matemático formal, más bien el espacio adornado de propiedades físicas, reales.

Y sexta. El Universo -la Realidad, la Naturaleza- todavía encierra, a los ojos humanos, numerosos misterios o incógnitas básicas o fundamentales; entre ellos precisamente los referidos: 1) al espacio, en la hipótesis de sustantividad cósmica, o a la espaciosidad, en la de adjetividad cósmica; 2) a la existencia o no de propiedades físicas en éstos; y 3) a la existencia de algo, y ¿qué?, que podría llamarse éter.

ABSTRACT

In the first place, a history of physical aether is propounded, a lústory of that initially considered hypothetical substance which should fill empty space, and whose properties would vary depending on the scientific phenomenon and the temporal scientific context under consideration. Secondly, in the light of this history and from the present time, several reflections are made about the general problematics of Physics and Philosophy and some of their correlated traditional problems: The problem of space, the problem of empty space, the problem of matter, and, particularly, the problem of aether.