Real Academia Nacional de Medicina
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Sesión del día 4 de Noviembre del 2003

"Gerocomía. Una etapa en la historia de la Geriatría",

por el Excmo. Sr. D. Luis Sánchez Granjel,

Académico de Número.

 

"El modelo canino en la terapia génica del glioblastoma",

a cargo del Ilmo. Sr. D. José M.ª Izquierdo Rojo,

Académico Correspondiente.


"Gerocomia. Una etapa en la historia de la Geriatría",

Luis Sánchez Granjel

 

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Luis Sánchez Granjel,

Catedrático de Historia de la Medicina
Universidad de Salamanca

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Sillón nº 24 - Historia de la Medicina -

 

RESUMEN

Se examina la evolución de la atención médica y social del anciano en el periodo histórico que tal cometido se conoce con el término de Gerocomia. Se analizan las razones históricas que la hacen comprensible y las que imponen, ya avanzado el siglo XIX, su superación con la diferenciación clínica del enfermar del anciano, incorporando con ello un capítulo nuevo a la patología que recibirá el nombre de Geriatría.

ABSTRACT

It is studied the evolution of medical and social attention to aged persons in the historical period, and this task is known under the name of Gerocomia. They are analyzed the historical reasons that make it understandable and the ones which, in the Ias part of the 19th century, impose its superseding due to the clinical differentiation of the process of aged persons getting ill; in this way, a new chapter is added to the pathology which will be called Geriatrics.


"El modelo canino en la terapia génica del glioblastoma",

José María Izquierdo Rojo

 

 

 

 

 


por el Ilmo. Sr. D. José María Izquierdo Rojo,

Catedrático de Neurocirugía
Académico de Número
Real Academia de Medicina del Principado de Asturias

 

RESUMEN

Debo comenzar diciendo que la investigación que sucintamente les expondré a continuación ha sido dirigida por mi hermana, la profesora D.ª Marta Izquierdo, y llevada a cabo en gran parte por ella misma y por la Dra. D.ª Vega García -Escudero, en su laboratorio del Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa" de la Universidad Autónoma de Madrid, junto con la inestimable colaboración de los Drs. Gómez de Segura, del Hospital La Paz, y Pérez Higueras de la Fundación Jiménez Díaz. A todos, y especialmente a la Dra. García -Escudero, nuestro profundo reconocimiento.

Hace ya mas de ocho años que en esta misma tribuna dimos a conocer algunas de las primeros experiencias de terapia génica que llevamos a cabo, primeramente en ratas y después en humanos, con el sistema llamado "de la timidin-quinasa del herpes ganciclovir", sistema que fue empleado por varios grupos de investigadores. Los primeros ensayos en humanos no tuvieron gran éxito terapéutico, ni los nuestros ni los de otros colegas, por lo que la profesora D.ª Marta Izquierdo ideó otro sistema distinto, al que pudiéramos llamar "de la linamarasa-linamarina", que utiliza un gen vegetal, el que sintetiza el enzima linamarasa, y un sustrato que es la linamarina, sustancia que contiene una molécula de ácido cianhídrico.

Esta linamarina, por la acción de la linamarasa se descompone en glucosa y una acetona cianhídrica, la cual espontáneamente se descompone a su vez en el grupo cetónico y un grupo cianhídrico.

En estas circunstancias, si logramos introducir el gen de la linamarasa en la célula tumoral, ese gen va a actuar sobre la linamarina que previamente hemos administrado al animal, bien con la alimentación o bien por inyección, y si la célula tumoral tiene la linamarasa, en ella se va a producir la descomposición de la linamarina, con lo que se formará una molécula de cianuro que mata la célula tumoral.

Este sistema ha sido ensayado en ratas portadoras de tumores cerebrales (glioblastoma de rata). La secuencia del experimento es la siguiente: por una parte se le da de comer linamarina a la rata, y por otra se introduce el gen de la linamarasa en el tumor por medio de un adenovirus, que actúa como vector. Este vector se deposita mediante una cánula apropiada en el interior del propio tumor, cuyas células adquieren así el antedicho gen de la linamarasa. En las células cancerosas, al actuar la linamarasa sobre la linamarina, se produce la reacción ya mencionada con lo que se forma ácido cianhídrico que mata la célula.

El sistema se llevó a cabo en ratas a las que se les implantan, mediante procedimientos de estereotaxia, células de glioblastoma en su cerebro, produciéndoseles así un tumor, que es tratado con el procedimiento de terapia génica descrito. El sistema se mostró muy eficaz, obteniéndose la desaparición del tumor en muchos casos.

No obstante, es sabido que se han producido remisiones tumorales espontáneas en las ratas, probablemente por rechazo inmunitario de las células extrañas implantadas, por lo que los resultados deben ser valorados con gran prudencia e incluso algo de sano escepticismo. Efectivamente, pudimos observar que con una frecuencia superior a la deseada se producían remisiones espontáneas que, por tener memoria y no aparecer en ratas sin sistema inmunitario, achacamos a un rechazo agudo hacia las células de glioblastoma de rata, consideradas como injerto alogénico. En la actualidad esas sospechas se han confirmado con ensayos inmunológicos "in vitro" en los que linfocitos "T" del animal lisan las celulas de glioblastoma de rata utilizadas como injerto.

Existe un modelo alternativo al de rata, como es el perro, que por su tamaño y posición en la escala filogenética nos pareció muy adecuado para estas experiencias.

Del perro existe una línea celular de glioblastoma, la llamada W&W (Wodinsky & Waker), que debería ser isogénica con el animal, y por tanto no provocar un rechazo inmunitario.

Antes de realizar los experimentos en perros se verificó la terapia en células en cultivo W&W. Se observó que las células tumorales se infectan muy eficientemente por los adenovirus portadores del gen de la linamarasa (adeno-lis) y que se produce una gran cantidad de cianuro en presencia de linamarina (lin) lo que provoca su autodestrucción en 72 horas.

Trasladamos pues la experiencia a cinco perros de entre seis y nueve meses de edad, machos, de raza Beagle, aparentemente sanos. Inyectamos en su cerebro entre 2 y 5 x 106 células de glioma de perro, de la línea cedida por el Dr. Hilton, de la John Hopkins University, de Baltimore, en la sustancia blanca del hemisferio derecho. En los casos en los que el tumor se desarrolló, se implantó una bomba de infusión continua para administrar el tratamiento ( 7,8 x 109 unidades infectivas de adenovirus con el gen de la linamarasa, más linamarina al cabo de dos dias).

El primer perro desarrolló un tumor de aspecto gliomatoso bien visible en la RM practicada a los quince días de la inoculación. Se le administró el tratamiento descrito y 18 días mas tarde, en la RM, el tumor tenía todo el aspecto de estar curado, lo que se confirmó a los tres meses. Seis meses más tarde fue inoculado de nuevo con las células tumorales, pero esta vez el perro no desarrolló ningún tumor. Actualmente, a los dos años, el perro está sano y bien.

En el segundo can inoculado tampoco llegamos a ver ningún tumor en las resonancias practicadas. En cambio en el cerebro del tercero se veía claramente una masa tumoral en el lugar inoculado, a las pocas semanas de dicha inoculación. Este ultimo fue tratado como el primero, aunque los adenovirus no eran portadores del gen de la linamarasa, es decir iban "vacíos" con el fin de haber un control y valorar una posible respuesta inmunológica del adenovirus en sí mismo. El tumor siguió avanzando y el animal murió a los 77 días.

En los dos canes restantes no logramos obtener tumores de cierta entidad. Las masas eran tan pequeñas que difícilmente permitían tratamientos o manipulaciones, y no crecieron a pesar de haber inmunosuprimido a los animales.

Por consiguiente, aunque el perro parece un animal adecuado para la experimentación en terapia génica, nuestras experiencias muestran cierta dificultad para que desarrollen tumores cerebrales, ya que sólo dos de cinco lo hicieron. El tratamiento inmunosupresor no cambió mucho las cosas. Por ello, aunque el resultado en el primer perro pudo ser considerado excelente, los del conjunto del experimento no resultan convincentes en cuanto a la eficacia del tratamiento, pues ignoramos el papel exacto que pueda jugar la inmunidad natural de la especie o del individuo, pudiendo tratarse de rechazos inmunitarios más que de curaciones.

La línea celular tumoral empleada, la llamada W&W (Wodinsky y Walker) de glioma de perro, no parece ser isogénica con el animal, habiendo provocado rechazo inmunitario en al menos tres de los cinco perros tratados; no parece, por tanto muy adecuada para estos trabajos.

Cuando todos los parámetros estén perfectamente controlados nos plantearemos la conveniencia de pasar directamente a un pequeño número de pacientes voluntarios.

Quisiéramos dar las gracias a la Fundación Ramón Areces así como a IntrogeneCrucell por su ayuda para llevar a cabo estas experiencias.

ABSTRACT

The group of research directed by Marta Izquierdo (in which I collaborate close to Dra. García-Escudero and other colleagues) has used in the last three years the linamarase/linamarin system for treatment of brain tumours in the rat. This is a killersuicide method based upon the plant linamarase gene, that hydrolyses the innocuous substrate linamarin to acetone cyanohydrin and glucose. The acetone cyanohydrin spontaneously breaks down to acetone and CNH, which kills the tumour cell.

We try this system in dogs, but we could only induce tumours large enough to be treated by gene therapy in 2 out of S adult dogs. One of those dogs was treated with adenovirus carrying linamarase gene, and after with linamarine, observing the remission of the tumour. The other, used as control, died as a consequence of the tumour.

The W&W canine cell line seems to behave as allogenic when injected into the brain of Beagle adult dogs, and is not, therefore an excellent model for this type.