Real Academia Nacional de Medicina
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Sesión del día 1 de Junio de 2004

"La Corteza Orbitofrontal. I: Anatomía y Procesamiento de la Memoria",

por el Excmo. Sr. D. Fernando Reinoso Suárez,

Académico de Número.

"Nuevas aportaciones al desarrollo del Cartílago del Segundo Arco Branquial y su incidencia en la clínica".

a cargo del Ilmo. Sr. D. José Francisco Rodríguez Vázquez,

Catedrático de Anatomía Humana.


"La Corteza Orbitofrontal. I: Anatomía y Procesamiento de la Memoria",

Fernando Reinoso Suárez

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Fernando Reinoso Suárez,

Catedrático de Morfología
Universidad Autónoma de Madrid

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

 

Sillón nº 31 - Anatomía -

 

RESUMEN

La corteza orbitofrontal está estrecha y ampliamente conectada con las estructuras mediales del lóbulo temporal y talámicas mediales, responsables del procesamiento y consolidación de la memoria. Igualmente esta corteza se activa de forma constante en los procesos de adquisición de memoria. Ello hace de la corteza orbitofrontal una región crítica para la formación de memoria.

La corteza orbitofrontal está también conectada con cortezas motoras y asociativas uni y polimodales, con cortezas límbicas y con estructuras subcorticales responsables de funciones relacionadas con estos sistemas. Todo ello convierte la corteza orbitofrontal en una región nodal de la red neuronal responsable de seleccionar, unir y analizar, en base a la memoria, hechos pasados y actuales, que permiten organizar y decidir la conducta más adecuada.


"Nuevas aportaciones al desarrollo del Cartílago del Segundo Arco Branquial y su incidencia en la clínica",

José Francisco Rodríguez Vázquez

 

 

 

 

 

 


por el Ilmo. Sr. D. José Francisco Rodríguez Vázquez,

Catedrático de Anatomía Humana
Universidad Complutense de Madrid

 

RESUMEN

En el embrión humano el segundo arco branquial posee una estructura cartilaginosa, denominada cartílago de Reichert, primer autor que en 1837, sistematizó los arcos viscerales. El concepto de cartílago de Reichert sigue siendo interpretado actualmente como una estructura que da lugar al estribo del oído medio, apófisis estiloides, ligamento estilohioideo, cuernos menores del hioides y parte superior del cuerpo del hioides (Hamilton-Mossman, 1975; Corliss, 1979; Sperber, 1989; Sadler, 1996; O’Rahilly y Müller, 1996; Abramovich, 1997; Moore y Persaud, 1999). No obstante otros autores utilizando una terminología, basada en la filogenia, señalan hasta cinco segmentos en la denominada cadena estilohioidea (Dwight, 1907; Stafne y Hollinshead, 1962; Lesoine, 1966; Stafne y Hollinshead, 1968; Arnould y cols., 1969; Hollinshead, 1969; Friedman, 1970; Frommer, 1974; Bhaskar, 1976; ; Ommell y cols., 1998), contribuyendo a una mayor confusión en cuanto a la morfología y disposición del cartílago del segundo arco branquial.

Se han analizado en embriones y fetos humanos el patrón de desarrollo normal del cartílago del segundo arco branquial, aportando una nueva interpretación del mismo. Se sistematizó en dos segmentos, uno craneal de mayor longitud continuo a la cápsula ótica, otro caudal más pequeño en relación con el hioides.

En nuestra opinión la variabilidad de la forma y disposición del segmento craneal, determinará la formación de una apófisis estiloides de diferente longitud y morfología.

Nuestros estudios realizados sobre este cartílago, pueden dar explicación al mecanismo de producción de ciertas variaciones del área craneofacial con implicaciones clínicas.

ABSTRACT

In the human embryo, the second branchial arch has a cartilaginous structure called Reichert’s cartilage named after its discoverer who first classified the visceral arches in 1837. The concept of Reichert’s cartilage is still interpreted today as a structure that gives rise to the stapes of the middle ear, to the styloid process, to the styloid ligament, the lesser horns and the superior part of the hyoid body.

The normal pattern of embryonic development of the cartilage of the second branchial arch has been studied in embryos and human fetuses, giving rise to a new interpretation. It has been classified into two parts, one longer cranial one joined to the otic capsule and another smaller caudal one associated with the hyoid bone.

In our opinion, variability in the shape and the arrangement of the cranial portion will condition the formation of a styloid process of different length and morphology. Our studies of this cartilage explain the mechanism by which certain craniofacial variations with clinical implications can arise.