Real Academia Nacional de Medicina
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Sesión del día 17 de mayo de 2011

“¿Por qué envejecemos? (El declinar biológico del hombre)”,

Excmo. Sr. D. Félix Pérez Pérez,
Académico de Número.

“Efecto de la melatonina sobre la isquemia/reperfusión en el hígado de ratas Wistar y Zucker”,

Excmo. Sr. D. Jesús A. Fernández-Tresguerres Hernández,
Académico de Número.


“¿Por qué envejecemos? (El declinar biológico del hombre)”

Félix Pérez Pérez

 

 

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Félix Pérez Pérez,

Catedrático de Veterinaria
Universidad Complutense de Madrid

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Sillón nº 32 -Veterinaria-

 

RESUMEN

Todos los habitantes del planeta tenemos un deber de gratitud por haber llegado a la vida. Si analizamos este proceso nos daremos cuenta que es muy complejo y existen muchas circunstancias que pueden dar al traste con el proceso vital.

Vivir es -repito- el mayor privilegio para todos los habitantes del planeta. Los vegetales se arraigan con profundidad para encontrar el agua que les da la vida y distribuyen sus semillas en el mejor ambiente posible para el éxito vital-propagación de la especie-

En el hombre su mayor privilegio es haber llegado a la vida. Todos queremos vivir: los pobres, los miserables, los enfermos, los aquejados por el dolor desean vivir.

Quitarse la vida es un delito y nadie tiene derecho a cometerlo. Es incomprensible que alguien intente semejante acción.

Llegamos a este mundo con el cariotipo heredado de nuestros antepasados y con la obligación de aportar a1 mismo nuestra propia sinfonía.

La Biblia nos dice "ut operaretur terram", que significa que tenemos a nuestra disposición todos los medios que nos ofrece la tierra para desarrollarnos, a condición de no modificar la misma para que pueda ser utilizada en las mismas condiciones por nuestros sucesores (conservación del medio ambiente).

La vida "vale la pena" en todo caso. Antes de continuar nos haremos dos preguntas: ¿qué es el hombre? y ¿qué es la vida?

El hombre es un conjunto de existencia y esencia como señala Julián Marías. No es sólo existencia (nace, crece, se reproduce y muere) sino también esencia trascendente que le une al más allá. La vida como nos recuerda Julián Marías no termina con la muerte, es trascendente.

Quienes piensan que la vida es sólo existencia, punto de partida de la filosofía existencialista que propugna J. P. Sartre, tienen razón en pensar que cuando se han vivido todos los placeres que nos ofrece la misma, para qué seguir. Este planteamiento motivó el suicidio de multitud de jóvenes creyentes en esta filosofía; mientras que si la vida perecedera continúa con la trascendencia todo cambia, puesto que la muerte no es el final.

Séneca señala "la mayor virtud del hombre es conseguir que su vida trascurra con fe y esperanza".

Definir qué es la vida es muy difícil pero nos acercamos a este intento si tenemos en cuenta que la vida exige las siguientes condiciones:

Adaptación perfecta al medio ambiente; la inadaptación conduce al final a la desaparición del individuo.

Capacidad para incorporar energía al organismo no sólo para vivir, sino además para llevar a cabo otras actividades: mentales, intelectuales, laborales, etc.

Eficacia en los índices de fertilidad, fecundidad y prolificidad para la continuación del individuo, y en consecuencia de la especie.

Sin fe ni esperanza no se sale de la infelicidad.

El envejecimiento no es una enfermedad. La definición que más se aproxima a esta situación es -sencillamente- el declinar de la eficacia en las respuestas biológicas, que de manera lenta y progresiva y de forma irreversible conducen al final.

El ciclo biológico del hombre comprende las siguientes fases: nasciturus, lactación, niñez, adolescencia (que significa que algo le falta al hombre para llegar a serlo), pubertad (despertar de la actividad sexual), juventud, madurez (culminación de la misma), discapacidad (jubilación), incapacidad, dependencia, enfermedad y finalmente la muerte.

Séneca nos advierte: "saber envejecer es la mayor virtud del ser humano".

Ante la preocupación por el envejecimiento -proceso natural y fisiológico en todas las especies- Séneca nos dice: lila vida tiene un principio y un fin pero ¿por qué envejecer?". Santiago Ramón y Cajal advierte que no es bueno pensar en el envejecimiento sino entregarse con vocación, continuidad e entusiasmo al trabajo, y de esta manera la vida trascurre sin pensar en el envejecimiento.

Analizando las fases del ciclo humano anteriormente señaladas, llegamos a la conclusión de que la incapacidad va precedida, desde el punto de vista social, de la jubilación y la discapacidad es la crisis laboral mental, etc., que sigue a aquélla.

Conviene distinguir entre el viejo (definido por la edad), la ancianidad (por la crisis sicológica), la senectud, la demencia (crisis mental) y la caída de las defensas biológicas que terminan en la enfermedad y en la muerte.

Repetimos que el envejecimiento no es una enfermedad sino un fenómeno natural que el hombre inteligente debe comprender. A esta actitud se le llama "cristalizada", que significa el entendimiento cabal del envejecimiento, circunstancia muy relacionada con la formación y el nivel cultural del individuo.

El anciano es rodeado de generoso acogimiento por la sociedad civilizada.

El anciano no sufre por las heridas del presente puesto que recibe muestras de cariño y hasta devoción, sino por las cicatrices de la vida pasada. Se ha dicho que el mayor problema del anciano no es el debilitamiento del cuerpo, sino la indiferencia del alma que se traduce en la pérdida de autoestima, como señala André Maurois.

La vejez es la etapa de la vida en que el ser humano se encuentra a sí mismo: "se mira cada vez más hacia adentro y comprende lo que es y cómo es" (Pintaro).

El anciano necesita cariño, amor y dedicación.

En una encuesta llevada a cabo sobre la población española se preguntaba a los ancianos que desearían les trajesen los Reyes Magos y la respuesta fue: sólo queremos compañía, amor, dedicación y paciencia.

A este respecto, J. L. Borges señala lo siguiente:

- anciano eres nube

- eres lluvia

- eres río

- eres olvido

- pero eres también TODO LO QUE HAS SIDO

Las causas del envejecimiento, aunque es un episodio lento, progresivo y en general irreversible, tiene connotaciones (variaciones, que significan que el envejecimiento está expuesto a inducciones causales que justifican su evolución variable).

Este tema lo tratamos en profundidad en nuestro libro titulado: "¿Por qué envejecemos?, como añadir años a la vida y vida a los años", publicado en el 2008 por la Editorial Casa de Burgos en Madrid.

Adelantar el envejecimiento, no es sino quitar vida a los años, mientras que retrasar el mismo es incrementar la perspectiva vital.

Las influencias más notables que influyen en este proceso son:

• El nivel cultural del individuo, que permite modificar la dieta,

• Regular el ejercicio, cambiar de ocupación del tiempo libre.

• Cambios del medio ambiente en que se desenvuelve, salidas al mar, a la montaña, etc.

• Ejercitación de la memoria

• Mantenimiento de la ilusión, etc.

• La pérdida de la memoria nos aísla del pasado y la pérdida de la ilusión nos cierra el futuro; de tal manera que ilusión y memoria constituyen un binomio fundamental para el mantenimiento de la calidad de vida, que a su vez define la autoestima.

Recientemente apareció en la prensa con el título "Ancianos a todo ritmo", un interesante artículo referente a una obra de teatro (en alemán) titulada "Jóvenes para siempre" en la que los protagonistas demostraban la importancia de la actividad mental (intelectual, etc.) en el curso de la ancianidad, al extremo de poder establecer nexos con la juventud. De esta manera, a través del teatro, haciendo pensar y entender al público (reír, aplaudir, etc.) se consigue un singular efecto beneficioso sobre el proceso de envejecimiento.


“Efecto de la melatonina sobre la isquemia/reperfusión en el hígado de ratas Wistar y Zucker”,

 

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Jesús Ángel Fernández-Tresguerres Hernández,

Catedrático de Fisiología y Endocrinología Experimental
Universidad Complutense de Madrid

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Sillón nº 47 -Endocrinología Experimental-