Real Academia Nacional de Medicina
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In Memoriam: Excmo. Sr. D. Amador Schüller Pérez - Nota del Presidente publicada en Diario Médico, 1-septiembre-2010

 

Nota del Presidente, publicada en Diario Médico, 1 de septiembre de 2010.

El pasado 27 de agosto se nos ha ido el profesor Amador Schüller Pérez. Un maestro de la medicina interna española que pasará a la historia por su quehacer en la excelencia. Formado en una escuela que dio numerosos médicos y universitarios de solera, debemos reconocer que con toda seguridad el profesor Schüller fue el más importante y destacado. Importante, no sólo por su capacidad médica, docente e investigadora, sino porque mantuvo en la vida una línea de conducta unida al magisterio en todos los campos en los que se involucró. Destacado, porque llegó a acceder a posiciones de gran responsabilidad en aquellos campos innatos a su labor.

Desde muy joven asumió grandes compromisos. Profesor-Jefe de la Beneficencia en el Hospital Provincial de Madrid, Profesor Adjunto de Patología Médica, Catedrático de esta asignatura en la Facultad de Medicina de Cádiz, y Catedrático después en la Universidad Complutense donde tuvo destinos y responsabilidades de Jefe de Servicio en el Hospital Gregorio Marañón, Doce de Octubre y Hospital Clínico de San Carlos. Pero su trayectoria no queda ahí. Asumió la Jefatura de Departamento de Medicina Interna de la Universidad Complutense, en 1984 fue elegido Rector de dicha Universidad y en 2002 Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina.

Es imposible pensar que todo ello ocurre por casualidad. Don Amador, armado intelectualmente de fuerte munición, trabajador incansable, siempre dispuesto al sacrificio, con una profunda formación en medicina interna y un concepto profundo de la Universidad, dedicó su vida a la medicina buscando en todos los terrenos la excelencia. Así, trabajando lo consiguió todo. Nada se encontró por azar. Junto a ello le rodeaban unos atributos personales envidiables. Moderado, conciliador, tolerante, agradecido, y otros muchos, que le hacían ser persona de referencia para todos. Sin duda pasará a la historia de nuestra medicina. Repito con frecuencia que para ello deben darse determinadas condiciones como, dejar obra escrita, crear escuela, ser reconocido científica, profesional y socialmente. Todo ello ha estado en la vida plena del profesor Schüller. Más de una docena de libros y más de 320 publicaciones científicas, además de cuanto deja inédito en el momento de su fallecimiento. Una escuela formidable, con discípulos dispersos por toda la geografía nacional, desde catedráticos o jefes de servicios, o como repito buenos médicos que llevan el sello de la que fue su enorme capacidad clínica.

La sociedad científica española y la Universidad le reconocieron más que merecidamente. Me permito apuntar algunos de los que fueron los momentos más importantes en su vida profesional. Aparte del día que consiguió la Cátedra, de gran trascendencia para su vida, destaca aquel otro en que fue nombrado Presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna. Su esfuerzo se hacía pleno, representado a una especialidad que en ese momento vivía las incertidumbres del desarrollo de las especialidades. Su trabajo en este campo fue enorme y encomiable, y nunca será agradecido en profundidad por la medicina interna española. Otro día trascendental en su vida hay que buscarlo en su elección como Rector de la Universidad Complutense. Se encontró una Universidad con muchos problemas y fue capaz de conciliar y crear un ambiente de trabajo puramente universitario. En 2002 vivió otro día para él memorable. Fue elegido Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina. Trabajó duramente, fiel a sus compromisos, mostrando sus cualidades en la centenaria institución, y fue posteriormente nombrado Presidente de Honor.

Los reconocimientos sociales le llegaron por doquier. Es imposible hacer aunque sea una relación sucinta de las distinciones y honores que recibió. Diríamos que todos, y seguramente nos dejaríamos algunos. Pero para él, los más importantes fueron sin duda el cariño de su familia, siempre a su lado, de sus discípulos y de sus amigos.

Su ejemplo debe quedar vivo, no sólo entre los que le conocimos y con él aprendimos, sino para todos aquellos que nos sigan. Será nuestra obligación no dejar que su nombre y legado se pierdan. Ese es nuestro compromiso.

 

Manuel Díaz-Rubio
Presidente de la Real Academia Nacional de Medicina.