Real Academia Nacional de Medicina
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Sesión del día 31 de Octubre del 2000 - La conciencia moral en el enfermo depresivo

"La conciencia moral en el enfermo depresivo",

Francisco Alonso Fernández,

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Francisco Alonso Fernández,

Catedrático

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Presidente de la Asociación Europea de Psiquiatría Social
Director del Instituto de Psiquiatras de Lengua Española

Sillón nº 16 - Psiquiatría -

 

 

RESUMEN

El 20% de los enfermos depresivos se mortifica con un fenómeno de autoculpabilidad como si fuera un verdugo de sí mismo. La aparición de la culpa depresiva se produce sólo en sujetos atenidos a un estilo de vida profundo y espiritual. Acorde con la referencia de su alta espiritualidad previa, la culpación depresiva tortura al sujeto haciéndolo sentirse fracasado en el trabajo, indigno para los otros, tramposo con la ley, delincuente hacia la Justicia o pecador contra Dios.

Es tal el tormento que produce este dolor moral que impone un riesgo de suicidio del 25%. El fenómeno de la culpa depresiva no es el reflejo de un desasosiego ético o una conciencia moral superaguda, sino de una conciencia moral distorsionada. La distorsión moral depresiva es el resultado del impacto producido sobre la zona psíquica de autocastigo por las cuatro dimensiones que constituyen la estructura de la depresión: el estado de ánimo, la anergia o falta de impulsos, la discomunicación y la disregulación de los ritmos.

Desde estos cuatro ángulos se transmiten influencias para transformar la óptica moral del sujeto y conducirla a vislumbrar culpas propias por doquier, sobre todo a partir de pequeños hechos juzgados con normas subjetivas o autísticas, y localizarlas en el pasado como si fuera un acontecer definitivo. Es tan profunda esta instalación de la culpa en el pasado que hace imposible la actitud de auténtico arrepentimiento, al exigir esta actitud un cambio en el presente proyectado hacia el futuro. La ausencia de auténtico arrepentimiento marca una diferencia esencial de la culpa depresiva con la culpa real y objetiva.

La culpación depresiva se distribuye en estas cuatro formas: autorreproches, sentimiento de culpa, delirio de culpa y culpabilidad del ser o culpa ontológica. Los fenómenos más representativos son el segundo, la culpa afectiva, y el tercero, la culpa delirante, cuyo radical común es asentarse sobre una convicción profunda e indesarraigable, anomalía estructural de presentación constante.

Por otra parte, el contenido de la culpabilidad depresiva es la mayor parte de las veces un error inverosímil, o sea, un desatino, como le ocurrió a nuestro Rey Carlos I/V, cuando se acusaba de no haber dado muerte a Martín Lutero 35 años antes, lo que le indujo a transformarse en un ser fanático e intolerante, cualidades que transmitió a su hijo Felipe II, con lo que cambiaría el destino de España.

El tratamiento de las depresiones con autoculpabilidad permite obtener casi los mismos rápidos resultados favorables que en los demás cuadros depresivos, lográndose la remisión dentro del plazo de dos meses en el 80% de los casos. Después ha de continuarse con un tratamiento preventivo, dado que la depresión es una enfermedad propensa a las recurrencias. (El riesgo de recurrencias es del 50% después del primer episodio, del 70% después del segundo y del 90% a partir del tercero).

Se debe consignar que la culpa constituye juntamente con la soledad y el duelo la trilogía de sentimientos que con mayor facilidad cristalizan en un estado depresivo. Cuando hablamos de culpa y responsabilidad nos referimos exclusivamente a la cultura judeo-cristiana, ya que por fuera del mundo occidental es muy raro el depresivo torturado con un fenómeno de culpabilidad. Entre los depresivos africanos prevalece la desconfianza y entre los asiáticos la vergüenza. Así tenemos que en la perspectiva de la depresión, a la que todavía no ha llegado el proceso de globalización, se distinguen como tres culturas distintas: la de la culpa, la de la vergüenza y la de la desconfianza.

ABSTRACT

The two fundamental forms of the depressive guilt are the feeling of guilt and the delusion of guilt. Both phenomena emanate from a conscience distorted because of the depressive mood by means of an holothymic and catathymic mechanism. Also the other three dimensions of depression (anergy, discommunication and rhythmopathy) take part in producing this moral distortion.

The appareance of the depressive guilt happens only when these two factors are present: a previous personality with a great spiritual development and a complete or tetradimensional depression. Shame and distrust replace the guilt in the asiatic and african countries.