Real Academia Nacional de Medicina
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Sesíon del día 20 de Marzo del 2001 - Las bombas de expulsión activa en la resistencia a los antimicrobianos

"Las bombas de expulsión activa en la resistencia a los antimicrobianos"

 

Gonzalo Piédrola Angulo

 

 

 

 

por el Excmo. Sr. D. Gonzalo Piédrola Angulo,

Catedrático de Microbiología y Parasitología
Universidad de Granada

Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Sillón nº 43 -Epidemiología Hospitalaria-

 

RESUMEN

Uno de los recientes mecanismos descritos para explicar la resistencia bacteriana a los antimicrobianos es el denominado de eflujo o bombas de expulsión activa. Este mecanismo es capaz de eliminar varios tipos o familias de antibióticos, por lo que también se ha denominado bombas de expulsión activa multidroga. Este mecanismo ocurre de forma activa, gracias a la energía de protones, derivada del potencial electroquímico a uno y otro lado de la membrana citoplasmática, o por un sistema relacionado con el ATP.

Los transportadores que permiten este mecanismo están regulados, unas veces por el ADN del cromosoma bacteriano, otros por el ADN plamídico, y otras por ambos. Además la coexistencia de alteraciones en las porinas de entrada con un sistema eficaz de expulsión activa, eleva marcadamente el grado de resistencia a los antibióticos.

Cuatro son los principales sistemas de bomba: MFS (Mayor Facilitator Superfamily), RND (Resistance Nodulation-cell Division ), Smr (Staphylococcal multidrug resistance) y ABC (ATP Binding Cassette). El más conocido de estos mecanismos es el RND, que determina el operón mexA-MexB-OprM de Pseudomonas aeruginosa. En él aparecen las tres proteínas: MexB actúa como transportador de eflujo en la membrana citoplasmática, MexA es una lipoproteína que actúa como unión de las otras dos y OprM tiene una estructura de porina, que anclada en la membrana externa actúa como canal de expulsión.. Las cepas con este operón son resistentes a beta-lactámicos (penicilinas, cefalosporinas, carbapenemes e inhibidores de beta-lactamasas), fluorquinolonas, cloranfenicol y tetraciclinas. En Staphylococcus aureus se ha identificado el transportador norA del sistema MFS y en Escherichia coli el operón AcrA-AcrB es sumamente interesante, pues utiliza la porina TolC, que es un mecanismo compartido con otros sistemas exportadores celulares, lo que demuestra la capacidad bacteriana de ahorrar sistemas de expulsión. Los mecanismos de expulsión en las tetraciclinas son específicos de estos antimicrobianos, gracias a una proteína de la membrana citoplasmática denominada tet, de la que se conocen diversas variantes (A-G), tanto en bacterias grampositivas como en gramnegativas. En los macrólidos hay varios mecanismos proteicos implicados, conocidos desde 1989, y de gran importancia en Staphylococcus spp., Streptococcus pneumoniae y Streptococcus agalactiae. En diversas especies de la levadura Candida también se ha descrito el mecanismo de expulsión activa frente a diversos azoles, como el fluconazol.

Este mecanismo de expulsión activa explica una vez más el alto grado de resistencia de los aislados clínicos, sobre todo en las áreas críticas de los hospitales, que se asocian a mayor morbilidad, mortalidad, días de estancia y costes de tratamiento. Es por ello, que el Sistema Europeo de Vigilancia de las Resistencias a los Antimicrobianos (EARSS) recomienda además de unas adecuadas prescripciones, una educación ciudadana, una "cultura antibiótica" de los profesionales hospitalarios, y considera prioritaria la creación de unos sistemas de vigilancia y evaluación del buen uso de los antimicrobianos en el marco de los estados miembros de la Unión Europea.