Real Academia Nacional de Medicina
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1891 - Novalbos Balbuena, Epifanio





Académico de Número
Real Academia Nacional de Medicina

Toma de Posesión: 28/06/1891

Sillón nº 42

Discurso de Ingreso: "Los entozoarios del hombre con relación a la Higiene".

Contestación: Excmo. Sr. D. Santiago de la Villa y Martín.

Fallecimiento: 28/02/1901


Biografía:

Don Epifanio Novalbos Balbuena nació el día 6 de abril de 1832 en Granatula (Ciudad Real), cuna también del célebre General Esparteros.

En la Escuela de Veterinaria de Córdoba hizo sus estudios superiores, revalidándose en la de Madrid con el titulo de Veterinario de primera clase (1860).

Inmediatamente, en ese mismo año, fue nombrado disector anatómico en la Escuela de Córdoba, donde ya en sus años de alumnado adquirió mucho prestigio.

Años después hizo los estudios de la carrera de Farmacia en la Facultad madrileña, realizando en 1873 la revalida para obtener el titulo de Licenciado en Farmacia.

Tres años después, mediante unos ejercicios muy brillantes, obtuvo por oposición la Cátedra de Física, Química e Historia Natural de la Escuela de Córdoba, y por concurso de meritos, en 1889, paso a la Escuela de Madrid para explicar la misma materia.

En el campo de la docencia se distinguió pronto, desarrollando una labor muy importante, tanto en Córdoba como en Madrid.

Era un gran dibujante y autor de un magnífico atlas, construyó piezas artificiales, era hábil taxidermista y preparador inimitable.

Como persona «era de trato afable, cariñoso, modesto en sus procederes y de conducta digna de imitación».

En la Real Academia reemplazo al también ilustre Veterinario señor Muñoz Frau. Ingresó el 28 de junio de 1891, leyendo un interesante discurso sobre «Los entozoos del hombre con relacion a la higiene». Le impusieron la Medalla académica núm. 42.

Sus intervenciones en la Academia fueron frecuentes e interesantes en relación con su especialidad veterinaria.

Acabó su vida el día 28 de febrero de 1901. Hasta pocos días antes había concurrido puntualmente a la Academia y a sus sesiones. Por su vasta capacitación y excelente convivencia, su recuerdo perdura.

Fuente: “202 Biografías Académicas”, Valentín Matilla Gómez, Real Academia Nacional de Medicina, Madrid, 1987.